Déficit de atención e hiperactividad

Definición:

Trastorno de la conducta de origen neurobiológico que suele aparecer antes de los 12 años y que conlleva problemas de atención generalizada, y en algunos casos de impulsividad e inquietud motora.

Puede venir acompañado de hiperactividad.

Se muestra en diferentes tipos o grados.

¿Qué podemos hacer?

Mucha paciencia y empieza poco a poco a trabajar para mejorar lo que se pueda, un minuto conseguido es un logro. No trates de avanzar deprisa y a la vez en todos los frentes o lo único que conseguirás es perder fuerzas y tensar las relaciones.

Consulta con profesionales especialistas para un adecuado diagnóstico.

Situaciones para mejorar

  • Mucha dificultad para mantener la atención, pero no solo en el contexto académico.
  • Comienzo de una actividad y rápido abandono a continuación.
  • Momentos de ira desproporcionados respecto de la causa que la produce y falta de control al respecto.
  • Falta de adaptación a entornos de juegos colectivos, pues les puede costar respetar turnos y seguir reglas.
  • Olvidos de objetos frecuentes y aparentemente incomprensibles.
  • Mala gestión del tiempo por la dificultad de priorizar lo importante.
  • Todas estas situaciones se producen con continuidad en los años.

Posibles consecuencias

  • Bajas calificaciones en las notas sin progresión, puede llegarse a producir desconexión de sus estudios.
  • Repetición de un curso sin que se aprecie mejoría en sus resultados.
  • Aislamiento general en el aula salvo con un número muy reducido de compañías.
  • Aburrimiento recurrente y desmotivación.
  • Problemas de relación con su entorno.
  • Ciertas alteraciones de su conducta.
  • Baja autoestima y problemas de carácter emocional.
  • Con el crecimiento y en edad adulta, todas estas circunstancias pueden tener tendencia a desaparecer.

¿Cómo mejorar?

  • Debemos aplicar los principios generales para todo lo referente a hábitos de estudio con mayor insistencia, pero con retos menores.
  • Recurrir a juegos de atención en edades tempranas con intención de estimularla.
  • Instrucciones visuales y sin complicación; si son verbales, con lenguaje muy sencillo.
  • Fijemos 3 autoinstrucciones sencillas para momentos difíciles que pueda decirse a si mismo/a.
  • Establezcamos objetivos alcanzables con la perspectiva del punto de partida.
  • Es fundamental un trabajo de explicación al niño/a de su situación y de lo que queremos conseguir, asegurándonos de su comprensión pidiéndole que nos lo cuente al finalizar.